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diariodecosas

NO

A veces tengo la impresión de que expresar el disgusto se ha ido convirtiendo en algo injustamente sancionado por una buena parte de la gente, que seguramente prefiere tener un día soleado y sin muchas paltas. Ayer chateaba con alguien del msg que me señaló la frecuencia con la que expresaba mi desgradado o mi odio hacia cosas y situaciones.
Luego estuve haciendo cargo de conciencia y diciéndome que tal vez descargo malas vibras. Más tarde y con más calma, me repito que decir que uno odia esto o aquello no tiene porqué ser una marca de intolerancia, ni mucho menos de negatividad. Por qué no poder tener una clara opinión sobre las cosas? Es, por supuesto, mucho más simpático estar siempre sonriente y ver el mundo de buen color todos los días. Pero eso también puede ser acomodarse, conformarse, perder sentido crítico. No amar esto, detestar aquello es una forma de fortalecer el yo con todas las elecciones y renuncias que eso implica.
Odiar el odio no es sino una frase idílica e inútil, creo, en el mundo de hoy, que exige tomar posición frente a miles de cosas.
Recuerdo una crítica de cine, la película era un equivalente violento de Fight club, sangre y muertos gratuitosm donde el crítico construye su argumento en torno a la falacia de que en "este momento en que el mundo vive en una paz que hacía tiempo no existía en la tierra" o algo así, y su discurso cae inmediatamente en las aguas de la ingenuidad (un crítico puede ser todo salvo ingenuo, verdad?).

Al del msg le mentí diciendo que un filósofo desconocido definía al hombre según sus odios. Aunque sacada estrictamente de no sé donde, la idea me parece interesante. Por qué no afirmarse en la negación? Es tán fácil decir siempre sí.

2 comentarios

Optimista -

El optimismo y el conformismo son drogas que nos atontan y nos impiden ver la realidad. Y los de arriba, encantados. Una actitud realista ante la vida es una actitud positiva y es lo único que nos hace avanzar y cambiar el mundo. O, al menos, intentarlo.

cyberchico -

en esta maldita sociedad solo nos enseñan a asentir y bajar la cabeza