La casa
No se puede imaginar la importancia que tienen un par de metros cuadrados, hasta no haber pasado por una gran ciudad como ésta.
Vivo aquí desde hace casi seis años. Al llegar, lo hice en un bonito dúplex en el Marais, tenía mi propia habitación, los dueños dormían en el salón y sus tres hijos compartían el dormitorio contiguo al mío. Para las fiestas, había que poner su cama contra la pared y transformar el piano en bar.
Más tarde quise vivir sola y en sólo dos semanas encontré un mini studio en Montmartre que debía tener unos 13 m2. Todo allí era plegable, cama, mesa de trabajo, y cada centímetro albergaba algún objeto indispensable. El espacio era mío al fin y fui muy feliz.
Como suele pasar, después se lo heredé a una amiga y ésta se lo ha de haber dejado a alguien también.
Después de una intensa búsqueda de 2 meses, encontramos (éramos ya dos), un departamento cerca del barrio latino tras haber visitado al menos quince lugares. Hubiéramos aceptado cualquiera que nos dijera sí, nadie lo hizo, salvo el dueño de este depa, el que más nos había gustado. 35 m2 de suerte.
Dos años y medio más tarde, y nuevamente en búsqueda de casa, no volví a ver un lugar como el que estaba dejando por menos de mil euros.
Así que me digo que he tenido suerte estando aquí y siendo mujer, estudiante (los estudiantes les van bien a los propietarios), sin hijos, blanca, no árabe, por tener amigos franceses que pudieron ser garantes, un empleador fijo, papeles para abrir una cuenta en el banco, algo de dinero ahorrado y tiempo para ir de norte a sur, subir escaleras, dejar fotocopias. Hemos visto ayer en la tele a mucha gente con mala suerte, no sólo han habido esperas interminables, cucarachas o pulgas, o ratas, sino también el peligro y la muerte, todo al lado de la Opera, de los centros comerciales de lujo. El municipio de París se dice consternado, pero esa pobre gente llevaba al menos un año viviendo en un cuarto de hotel.
Cómo puede uno integrarse a la sociedad en semejante precariedad? Cómo pensar en construír si no se posee un lugar del que pueda decirse "ésta es mi casa"?
Esta ciudad tan cosmopolita ya no es para muchos el lugar de todas las posibilidades sino el de todas las trampas.
Vivo aquí desde hace casi seis años. Al llegar, lo hice en un bonito dúplex en el Marais, tenía mi propia habitación, los dueños dormían en el salón y sus tres hijos compartían el dormitorio contiguo al mío. Para las fiestas, había que poner su cama contra la pared y transformar el piano en bar.
Más tarde quise vivir sola y en sólo dos semanas encontré un mini studio en Montmartre que debía tener unos 13 m2. Todo allí era plegable, cama, mesa de trabajo, y cada centímetro albergaba algún objeto indispensable. El espacio era mío al fin y fui muy feliz.
Como suele pasar, después se lo heredé a una amiga y ésta se lo ha de haber dejado a alguien también.
Después de una intensa búsqueda de 2 meses, encontramos (éramos ya dos), un departamento cerca del barrio latino tras haber visitado al menos quince lugares. Hubiéramos aceptado cualquiera que nos dijera sí, nadie lo hizo, salvo el dueño de este depa, el que más nos había gustado. 35 m2 de suerte.
Dos años y medio más tarde, y nuevamente en búsqueda de casa, no volví a ver un lugar como el que estaba dejando por menos de mil euros.
Así que me digo que he tenido suerte estando aquí y siendo mujer, estudiante (los estudiantes les van bien a los propietarios), sin hijos, blanca, no árabe, por tener amigos franceses que pudieron ser garantes, un empleador fijo, papeles para abrir una cuenta en el banco, algo de dinero ahorrado y tiempo para ir de norte a sur, subir escaleras, dejar fotocopias. Hemos visto ayer en la tele a mucha gente con mala suerte, no sólo han habido esperas interminables, cucarachas o pulgas, o ratas, sino también el peligro y la muerte, todo al lado de la Opera, de los centros comerciales de lujo. El municipio de París se dice consternado, pero esa pobre gente llevaba al menos un año viviendo en un cuarto de hotel.
Cómo puede uno integrarse a la sociedad en semejante precariedad? Cómo pensar en construír si no se posee un lugar del que pueda decirse "ésta es mi casa"?
Esta ciudad tan cosmopolita ya no es para muchos el lugar de todas las posibilidades sino el de todas las trampas.
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