La joven de la perla

A pesar de que la puesta en escena es meticulosa y seguramente ajustada a la historia del momento, hay una artificialidad que se instala desde la primera escena en la cocina. Toda la película está entonces marcada por lo inverosímil. Uno no llega a creerse casi nada, Scarlet Johansson está disfrazada de holandesa y Colin Firth es un sexy Vermeer. La fotografía es muy buena, los efectos de la luz son definitivamente la vedette de la película, normal, puesto que Vermeer era un especialista de ella. Ahora, como la apuesta va por el lado de lo visual, el diálogo está demasiado descuidado, al menos al inicio, donde los personajes se pierden en banalidades y sinsentidos (después mejora algo pero no lo suficiente).
El resultado final es el de una pequeña cinta para animar una noche de domingo, pero creo que nada más.
1 comentario
... -