las lágrimas amargas de rainer
Un ciclo de Fassbinder, uno de mis favoritos, ha sido programado en el Centro Pompidou. Más de 40 films han comenzado a ser difundidos.
Hay también una expo y publicaciones.
Aquí reproduzco un bello fragmento del retrato que le hace Didier Perron, columnista de Libération:
"Fassbinder no muestra la gente como es, sino como ésta se ve o como ésta quisiera que los demás la vieran. Tanto que su representación social siempre es mediática. Es una de las razones por las que los personajes parecen aferrarse constantemente a sus dilemas. R. W. F. se ha vuelto él mismo un dilema ambulante. Constamente fuera de cuadro en su propia tierra, el éxito internacional ha propulsado al cineasta al rango paradójico de embajador de su país, que él asume con un heroico sentido de la provocación, endosando el aspecto del «alemán desagradable, [...] monstruo mal rasurado, descuidado y barrigón». Pero ese cuerpo tiene un sentido, en la intersección de la vida vivida como una obra y de la obra consumida como sustancia vital, él se pone «en medio de la Historia de la Alemania, concebida en términos de culpabilidad y de deuda, rechazando la fatalidad edipiana de los hijos que se vuelven padres»."
Hay también una expo y publicaciones.
Aquí reproduzco un bello fragmento del retrato que le hace Didier Perron, columnista de Libération:
"Fassbinder no muestra la gente como es, sino como ésta se ve o como ésta quisiera que los demás la vieran. Tanto que su representación social siempre es mediática. Es una de las razones por las que los personajes parecen aferrarse constantemente a sus dilemas. R. W. F. se ha vuelto él mismo un dilema ambulante. Constamente fuera de cuadro en su propia tierra, el éxito internacional ha propulsado al cineasta al rango paradójico de embajador de su país, que él asume con un heroico sentido de la provocación, endosando el aspecto del «alemán desagradable, [...] monstruo mal rasurado, descuidado y barrigón». Pero ese cuerpo tiene un sentido, en la intersección de la vida vivida como una obra y de la obra consumida como sustancia vital, él se pone «en medio de la Historia de la Alemania, concebida en términos de culpabilidad y de deuda, rechazando la fatalidad edipiana de los hijos que se vuelven padres»."
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