prisiones
Algunos elegimos prisiones. Muchas de esas prisiones comienzan a determinar nuestras vidas. A través de la repetición me voy dando cuenta de ello. Mi tesis es una prisión por ejemplo. Lo curioso es que desde hace siete años siempre he tenido tesis que escribir. Nunca he intentado buscar una beca (sí, una sola vez, pero no me la dieron). Me gusta el sacrificio, el aprisionamiento de tener que conseguir las cosas por la vía más difícil. Cuando algo llega fácilmente a mis manos creo no merecerlo. No sé por qué.
Tal vez es porque vengo de donde vengo, porque en mi lugar de origen nada es nunca fácil, y si lo es, es sospechoso.
Ayer veía en todos los canales, en todas las lenguas, las noticias sobre el inicio del fin de Fidel.
Parece demasiado bueno, no su fin físico, claro, después de todo se trata de una vida, sino el fin de une imposición de cadenas, seductora y excesivamente larga.
En fin, a veces uno elige las prisiones porque no sabe qué hacer con la libertad.
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Mauricio Vallejo Márquez -