Nada se puede hacer por la tristeza del otro
Esto se repite en "Dans Paris" más de una vez. Según algunos críticos, ésta es la mejor película del año.
Paul (Romain Duris) sufre, como solemos sufrir cuando se termina un gran amor. No sale de la cama, duerme; su padre, su hermano, observan impotentes una tristeza que no le abandona, contra la que nada es útil. ¿Qué hacer? Vivir, dejar vivir. Progresivamente, en una canción, en una imagen, en un encuentro, la vida se va mostrando como es, el territorio de las posibilidades. Y los amores pasados, y los seres que se han ido, las frustraciones, las promesas no cumplidas aparecen otra vez más para reconciliarse con uno.
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