asuntos triviales
cada día que salgo del trabajo me repito que no hemos nacido para hacerlo todo. cuando me equivoco en tonterías, cuando hay momentos en los que asuntos triviales cobran excesiva importancia, cuando no sale el sol en algún punto del cerebro repito eso.
hace dos días una puerta se ha abierto. y estoy bastante sorprendida de los giros que pueden tomar las cosas, de los hilos que puede hacer cruzar el destino, a pesar de todo. unas cuantas frases me han devuelto algo de la poca confianza que tenía en esto, en la mano sobre el papel, en los dedos sobre el teclado, en las páginas y páginas que uno va llenando.
gracias a alguien que he visto tan poco pero que me escribe largamente, creo estar cada vez más convencida de que hay cientos de cosas para las que no he nacido pero que para esto tal vez sí.
y las cosas, sí, siguen la ley de la gravedad, hay asuntos triviales en los que uno insiste porque uno es acción, porque no puede parar ese motor, no puede desenchufar a la imaginación. y hay cosas que son pura imaginación, pero van tomando el sitio que les corresponde aunque ello a veces tarde.
hablo con Vale que ya ha salido del hospital. cuando lo hago debo someterme a la razón pues ella es lúcida y sólo cree en las historias mágicas que pueden realizarse, cambia de país por algo más que luces de colores, sabe cuándo un pensamiento es útil y cuándo hay que simplemente eliminarlo.
0 comentarios