Not That Lost....

Nada hay de sangre, sudor o saliva en esas dos horas y sin embargo uno tiene el aliento entrecortado. Por qué la historia de dos personas cuyos únicos puntos en común parecen ser Tokio y una cantidad enorme de tiempo a dejar pasar nos captura de ese modo? Quién sabe porque, como sucede con los protagonistas, de algún modo la verdadera esencia de cada uno de nosotros está perdida entre lo que queremos comunicar y lo que los demás realmente comprenden. Lo esencial está casi siempre en lo no dicho, lo esencial se pierde en la traducción.
Sin embargo y felizmente sus héroes no estan condenados a un destino asintótico. En ese único instante en que los vectores coinciden y en que la verdad (del amor) puede por un instante abrirse paso, aún estos personajes de ficcion tienen derecho al respeto: a un secreto, a un momento de magia que sólo a ellos les pertenece.
Qué más decir?
2 comentarios
anonimo -
Raquel -