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Un día en la BNF

La BNF está ubicada en uno de los edificios más modernos de París. La instalación de la Biblioteca François Mitterrand ha dinamizado una zona que seguramente presentaba escaso interés hace unos quince años. El caso es que además de ser tan lujosa como un teatro (alfombra roja por todos lados, sillas, mesas, lámparas y demás "design", personal elegante siempre vigilante, etc, etc), es también el monumento a la burocracia.
Buscar un libro puede ser toda una aventura si no se ha leído el manual (incomprensible además) que uno recibe el día de la inscripción.
Si se tiene suerte, los libros que uno necesita para trabajar están en la misma sala, porque si hay menos ventura, estarán en los altos, y habrá que subir y bajar escaleras para trasladarlos; de una sala a otra (si se tiene suerte y están en el mismo corredor) puede uno caminar durante 5 minutos. De un corredor a otro... mala suerte, si el libro que le interesa está en el otro corredor, no hay más remedio que recoger sus efectos personales y caminar unos 15 minutos al otro lado del conjunto arquitectónico.
Para entrar a cada sala, habrá que introducir la tarjeta en el torniquete y para cada pausa, baño, teléfono o aire fresco, habrá que volverla a introducir... con la posibilidad de introducirla sólo dos veces al día.
Si uno desea preguntar algo cuya complejidad excede la toma de datos y el pago... Pasará al salón de consulta donde tomará un ticket y esperará unos 20 minutos para que le expliquen exactamente lo mismo que uno ya sabe, y le redirigirán a la ventanilla donde habrá que explicar que ya estuvo donde le están volviendo a mandar y que sí, es aquí donde tengo que inscribirme.
Si uno pregunta a los vigilantes por alguna de las salas, será parte del nuevo personal (siempre hay nuevo personal) porque dará una dudosa respuesta antes de ir a asegurarse con su colega... que responderá lo contrario.
Inevitablemente uno hará una larga caminata (voy todos los días y la hago todos los días).
Una vez instalado en la sala (mucho tiempo más tarde), uno intenta buscar un libro en el motor de búsqueda... misión imposible. Es casi surreal, el motor de búsqueda más estúpidamente complicado que haya visto.
Hay una anécdota curiosa. Aparentemente los cuatro edificios en forma de libro estaban destinados a albergar los códices y libros valiosos de Francia, pero el arquitecto no había pensado en la luz, y esta luz los daña irremediablemente. Finalmente los famosos libros están guardados en otro edificio!!!

Uffff. Qué trabajo hay que pasar para culturizarse.

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