raíces
cada mediodía, cuando estoy en el trabajo, nos reunimos todos y vamos a almorzar a algún restaurante simpático de los que hay por aquí. casi siempre somos cinco, sophie, antoine, stéphane, alguno de los ingenieros y yo. me gusta oírles hablar de sus problemas y temores por la fusión. esta pequeña empresa ha tenido éxito los años precedentes y un gigante norteamericano (gigante comparado a ella) acaba de comprarla. así que hablan de las dificultades culturales para adaptarse al método de trabajo estadounidense y comentan los propósitos, chocantes pero seguramente sinceros, de un jefe que les dice: ustedes me cuestan demasiado para lo que hacen. pero todo ello siempre en un clima jovial, desenfadado.
sophie ha estudiado literatura como yo, también ha sido actriz de teatro, ha vivido en argentina, stéphane no sé lo que ha hecho antes pero tiene una gran cultura y es encantador y elegante, conoce bien el perú. antoine ha estudiado comercio, es algo tímido y tiene una colección de jeans bastante bonita.
este trabajo me gustó desde el primer instante y me salvó de la tortura de estar en aquel hotel donde uno trabajaba como burro, volvía a la casa a dormir solamente para luego levantarme y hacer lo mismo al día siguiente. estoy cerca de la universidad y a veces, como ayer, puedo darme una vuelta por la biblioteca y llevarme algún libro a la casa.
ayer encontré uno de carlos fuentes y decidí llevármelo en el acto.
suelo leer varios libros a la vez, es una cuestión bastante desordenada, pero me aburro con facilidad y creo que el hecho de hacer esos tipos de salto también abre las posibilidades de lectura, uno asocia ideas, una frase te lleva por un camino, otra por otro, y así. en estos días había ido avanzando con el de Ben Jelloun, una historia de inmigrantes de marruecos en españa. la historia fue bastante emocionante al inicio, la prosa económica y la mirada distinta. al avanzar creo que se notan un poco las costuras, se va notando también por dónde nos quiere llevar. algo mecánico el asunto. no me gusta que el escritor crea ser mi lazarillo, me gusta que construya un mundo y punto, yo iré por donde me convenga. sin embargo hay temas interesantes, el de la inmigración reciente por ejemplo, el del choque cultural entre esas dos realidades tan cercanas y tan alérgica la una de la otra. una españa que rechaza su lado moro en las caras de esos que llegan como pueden a través del mar. y los del frente, soñando con marbella. casándose con cualquiera para poder trabajar o para no tener que hacerlo. puta vida.
no recuerdo el título del libro de Fuentes pero ha sido escrito en inglés y destinado a la BBC. trata del encuentro entre españa y américa hace más de quinientos años. en el primer capítulo escribe sobre las raíces españolas, pero para hablar de ellas recurre al mayor lugar común del simbolismo español: el toro. pero claro, Carlos Fuentes es un maestro y lo hace de la manera más inesperada y exquisita. escribe sobre chipre, sobre los dioses, sobre hércules atravesando el estrecho para llevar los toros de un continente al otro, escribe sobre el minotauro, sobre la misa, sobre el primer lugar de encuentro: la plaza de toros, sobre el arte y los toros, la religión y los toros.
me digo que todo esto tiene que ver con el olvido, que tal vez una mirada responsable hacia el futuro tiene que pasar por el conocimiento de la historia, por la contextualización de lo que se piensa, de lo que se opina. algunos españoles que conozco detestan la corrida por ejemplo, están en contra del toreo y le tienen rechazo a la figura del toro, supongo que tiene que ver con franco y con cierto nacionalismo. otras son las razones de Fuentes, se sustentan en algo más antiguo, la lectura es menos anecdótica. pienso en esto por lo de las raíces, porque a veces nos olvidamos de quienes somos, del cóctel de colores que nos constituye. preferimos la anécdota, qué pereza nos da el mirar un poco más atrás, el cambiar la perspectiva inmediata pour una más exigente, más completa.
bueno, ya me voy a almorzar con este grupo donde somos judíos, peruanos, bretones, italianos. vamos a comer en un japonés.
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