vacaciones
Vuelvo de vacaciones. De nuevo la casa, correr al metro, correr al trabajo (infame trabajo), correr de nuevo al banco, al correo, seguir corriendo a la casa, preparar a carreras la comida, comerla rápidamente, dormirse temprano porque el día comienza a las siete y así, sin parar día tras día.
Y las vacaciones llegan, y también pasan, con todos los buenos instantes en los que uno se siente vacío, sin utilidad, tostándose bajo el sol, preguntándose sobre el por qué de las cosas y sin querer encontrar respuesta, riéndose de lo tonto que es uno en la ciudad, en el día a día, deseando irse siempre lejos, pensado que es necesariamente en otro lugar donde la felicidad se encuentra. Jamás aquí, jamás en nuestras manos, siempre allí, donde estuvimos antes, ése es el poder pernicioso de la memoria, todo lo transforma en cosa sublime.
Hoy, más que otros dias, me aferro al hoy (voluntaria redundancia), quiero que este día, en el que dentro de algunas horas tendré un pequeño conflicto laboral, sea un buen día.
Quiero presentarme como a las vacaciones, sonriente y sin ningun proyecto, sólo el de divertirme. Quiero lanzarme al mar como un surfista (como supongo que éste lo hace), sin conocer el tamaño de la ola, pero con la seguridad de que encontraré algun placer a la cosa, corriéndola o siendo aplastada,y salir luego mojada y satisfecha.
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