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el Otro

el Otro Hace unos días me sucedió algo curioso. Uno de los participantes en el grupo 52 envió al foro del taller de escritura una nota de suicidio. La nota iba firmada con su propio nombre.Aunque encontré el asunto algo torpe, en ningún momento me cuestioné sobre la posibilidad de que tuviera algo de real.Después, tranquilamente, envié la coordinación a todos los participantes e hice una crítica del texto.Ese mismo día apareció en el foro un comentario de L. acerca de la nota de suicidio.

Su carta me hizo avergonzarme de mí misma.

Cuánta indiferencia puede irse acumulando en uno.

Cuán alto es el muro que uno construye frente al dolor del otro.

L. le pedía por favor pensar en su familia, le hablaba de la dificultad como parte de la vida, y una serie de cosas que podrían haber hecho reír a cualquier osado.

El aludido, hombre inteligente, le respondió simplemente que ella era un cielo.

Creo que eso lo pensábamos todos, pero algo sonrojados.

bergman

bergman

el magnífico cineasta ha muerto ayer. probablemente en su isla.

poético hasta el fin.

Dice Bataille

"Flagelaremos la vergüenza y el miedo que los hombres tienen de su naturaleza [...] El hombre no vale por el trabajo útil que provee, sino por la fuerza contagiosa de la que dispone para empujar a los demás hacia un libre gasto de su energía, de su alegría, de su vida".

 

confesion

confesion

El Comercio del Peru, publica hoy una carta de confesion .

El intimo colaborador de uno de los narcotraficantes peruanos mas poderosos se acoge a la Ley de Colaboracion Eficaz y decide contar la verdad sobre su jefe.

El ver escritas de puño y letra todas esas fechorias repugna y asusta. Mas que el oirlas, mas que el verlas en letra de tipografia.

algo de aire

algo de aire

al fin.

ya se decía uno que no podía ser que sólo lo rancio, lo estrecho, lo pequeño, pudiera manifestarse en Cataluña.

al fin llega algo de aire , y con el aire, la lucidez, las neuronas más oxigenadas.

afuera!

afuera!

Hoy salgo hacia la biblioteca. Compro el Libération que he visto un poco en Internet. Tomo el bus que me deja cerca del Sena y una vez allí camino hasta llegar a la François Mitterrand. Mientras leo, una tristeza infinita se apodera de mí. El asunto de los indocumentados ha comenzado a cubrir las primeras planas desde hace ya una semana. Una multitud que ocupaba un edificio cerca de la universidad de Cachan ha sido expulsada y la mayor parte de ellos, sin papeles, son ahora perseguidos por la policía.

En los foros, en la calle, en la televisión, en El País de ayer, la cuestión de la inmigración por necesidad se lee, se oye, se comenta.

Qué hacer con gente que no le tiene miedo ya a nada? Si se ha abandonado todo, si se ha cruzado el mar sobre una llanta, si se ha visto morir a compañeros de viaje, a qué se le puede temer ya? Sólo queda la supervivencia. Y la gente que llega a España, a Francia, al Reino Unido, es gente que quiere seguir viviendo, que quiere la dignidad de comer una vez al día.

El problema es grande y complejo, lugar común inevitable. Leyendo a Ulrich Beck, me doy cuenta, cada día más, de lo inútil que es cerrar los ojos ante lo evidente, aferrarse a categorías conceptuales que no se aplican ya al hoy sin fronteras, al hoy donde cada uno de nuestros actos afecta al otro, donde nuestras elecciones, nuestros errores repercuten, quién sabe no al costado, pero tal vez más allá, donde creíamos que no era nuestro territorio.

Mientras Sarkozy se aplica a poner trampas y a expulsar a gente instalada en Francia desde hace más de diez años, ilegal, pero teniendo hijos aquí, que hablan francés, que comen en francés, que aman (tal vez) ya este país, la realidad se impone como algo nuevo, como una situación amorfa que escapa a leyes sólo válidas para estados que se definían bien, que comenzaban y terminaban en una línea roja. Hoy, las medidas de Sarkozy o de tantos Ministerios del Interior, son cosméticas. Qué son diez familias expulsadas frente a 30 000 personas que viven aquí, que trabajan normalmente, que consumen en los supermercados, que tienen hijos, que alquilan departamentos, que escolarizan a sus niños, que se compran un auto, que comen, duermen y festejan en Francia? Es como querer apartar cientos, millares de moscas de un pedazo de pastel.

Traduzco unos párrafos de Qué es el cosmopolitismo? de Beck, para el placer de todos aquellos que creemos que en este mundo, que es de todos, si no ayudas a resolver el problema, éste terminará por venir a buscarte:

"En las metrópolis globales que son Nueva York, Londres, Rio de Janeiro, Berlín, etc., no se necesita buscar durante mucho tiempo para encontrar choferes, conserjes, mujeres u hombres de limpieza capaces de expresarse con facilidad en más lenguas que cualquier bachiller salido de liceos alemanes o franceses o cualquier diplomado de universidades estadounidenses. La transnacionalización del capital que está en todas las bocas, se duplica por una transnacionalización del trabajo poco remunerado, que en general no está percibido ni reconocido por lo que es: el modelo de un cosmopolitismo de la impotencia donde toda supervivencia implica un mínimo de cambio de perspectivas, de imaginación dialógica y de creatividad en la manera de abordar las contradicciones. Vivir en la contradicción, esto significa también que los migrantes, que en el mejor de los casos son tolerados, y con frecuencia criminalizados, son extremadamente funcionales, aún si parecen, en la óptica nacional, ilégítimos o ilegales." pp. 200-201.

 

Fed up

Fed up

Cuál es el lugar de cada quién en el mundo, dónde y con quién debe uno relacionarse.

Amo la literatura pero no quiero rodear mi vida de ella.

Hasta hace unos meses la vida literaria estaba presente en cada circunstancia. Junto a las noticias que leo religiosamente, había una lista de blogs de visita obligatoria. Y así, más que de literatura, estaba al tanto de líos literarios.

Hace muchos años, cuando era más joven y escribía, estaba rodeada de amigos escritores, aunque poco hubiesen escrito. Sentía placer al comentar un libro, al recibir consejos, al observar a la gente dar rienda suelta a su extravagancia, salir de bares y embriagarnos, contarnos historias sobre unos y otros y repetir todo eso al día siguiente.

Lo mismo se reprodujo en Madrid, pero con gente ya mayor, cuyos intereses y necesidades eran más reales. A pesar del infinito placer, de las risas y de los estupendos encuentros, tengo la sensación de haber encontrado sólo gente profundamente insatisfecha, como yo misma. Un espejo algo triste, donde más allá de la buena onda que todos intentamos destilar, hay mucha frustración, hay mucho ego, hay mucha intolerancia.

Me envían la carta de un poeta -uno de esos patéticos mailings de algún ignorante que cree poseer la verdad-, que lleno de odio, o más bien de celos, intenta denigrar a un colega suyo. Y tengo una sensación de hartazgo.

La literatura no es el terreno para dar libre albedrío a la miseria íntima. A no ser que a partir de ello, uno produzca algo. La literatura no es un ring para los arreglos de cuentas, no es una piscina donde para no ahogarse uno tiene que hundir la cabeza de quien nada al lado.

La literatura es la única cosa que me hace verdaderamente feliz, mi única certeza. Le tengo fe a la literatura como territorio íntimo, como placer solitario. Y por eso, desde hace algunas semanas, he decidido abrir las ventanas, dejar correr la brisa. No he vuelto a ver los blogs, no he querido saber más de chismes, me he puesto a leer más y mejores libros, a seguir preparando mi tesis, a tratar a mis amigos escritores con cariño, a preguntar por sus sentimientos, no por lo que están escribiendo.

Identidades asesinas

Acabo de terminar el libro de Amin Maalouf: "Identités meurtrières", lo compré pues Vargas Llosa hizo un buen comentario en su Piedra de Toque del domingo pasado. He comenzado el libro antes de ayer y lo he devorado porque está muy bien escrito, porque está lleno de sentido común, de ideas claras y porque es tan justo, tan necesario.

 

Así que no resisto a la tentación de traducir unos párrafos porque si este libro no ha salido en español es una lástima ahora que está tan de moda la sinécdoque cultural, ahora que la gente se reivindica a, b, z, perejil, como si eso fuera todo, como si el resto de lo que se es quedara en segundo plano, fuese de relleno, no tuviese importancia.

Después de tanto leer sobre el tema, de tanto conversar sobre el asunto, he llegado a la conclusión de que uno es absolutamente singular pero también es mil cosas a la vez, fusionadas, superpuestas, inseparables. Y me parece que es tontería y es producto del temor reivindicar un aspecto en desmedro del todo. Porque elegir uno, implica darle jerarquía e implica también negar la preponderancia del todo como un bloque único e indisoluble. Porque reinvindicando a, no son tu lado b, ni c, quienes pierden, eres tú mismo, tú, todo entero.

" A quienes han sufrido por la arrogancia colonial, por el racismo, por la xenofobia, les perdonamos los excesos de su propia arrogancia nacionalista, de su propio racismo y de su propia xenofobia, y nos desinteresamos así de la suerte de sus víctimas, al menos mientras la sangre no haya chorreado.

Es que nunca se sabe dónde se detiene la legítima afirmación de la identidad, y dónde comienza el atropello de los derechos de los demás! No decía yo que la palabra "identidad" era un "falso amigo"? Comienza por reflejar una aspiración legítima, y de pronto se convierte en un instrumento de guerra. El deslizarse de un lado al otro es imperceptible, como natural, y todos nos dejamos llevar algunas veces. Denunciamos una injusticia, defendemos los derechos de una población que sufre, y nos descubrimos cómplices de una masacre al día siguiente."

(Amin Maalouf, Les Identités meurtrières)

foot

foot

En el Perú, para hablar de la vida, decimos a veces: "así es el fútbol".

Imprevisible, delirante, fácil pero complicado.

Leo un artículo sobre Levon Biss.

Recuerdo esa magnífica foto donde cholas cusqueñas atacan el arco.

Hace unos días el partido Francia - Togo me sacó literalmente de la cama y mi compañera de piso me envía (ahora enviaba) sms festejando las victorias de Ecuador.

Pienso en el cosmopolitismo del que habla Beck, ése que nos convierte en franceses, en españoles, en italianos, en argentinos, así, sin visa y por un instante.

 

now

now

ahora que no me acuerdo del pijama,
ni recorto el crucigrama,
ni me mato si te vas.

Ahora que tengo un alma
que no tenía.
Ahora que suenan palmas
por alegrías.
Ahora que nada es sagrado
ni, sobre mojado,
llueve todavía.

Ahora que está tan sola
la soledad.
Ahora que, todos los cuentos,
parecen el cuento
de nunca empezar.

Ahora que se atropellan las semanas,
fugaces, como estrellas de Bagdad,
ahora que, casi siempre, tengo ganas
de trepar a tu ventana
y quitarme el antifaz...

Hoy es 21 de junio. He encontrado unas viejas conversaciones en el chat grabadas en un archivo refundido en mi compu. Entonces era tan extravagante que lo guardaba todo. Y el tiempo, y las palabras, y las cosas que uno se atreve a decir, todo eso asusta, hace sonreír, conmueve. Sigo pensando en que sólo vale aquello por lo que uno se quitaría la piel. Y nada más.

camisa transparente

Acabo de oir en las noticias que las mujeres policías de una región de Francia han presentado una queja pues su nuevo uniforme les impone llevar una camisa algo transparente.

Dicen que al llevarla, oyen silbidos desde los carros y que el problema es recurrente. El anterior uniforme había sido rechazado también por sus dos grandes botones en los dos bolsillos que les cubrían los senos.

Sus compañeros consideran la queja exagerada y han sugerido que lleven una camiseta interior para disimular los atributos y no tener que incinerar el lote entero... :)

 

 

Blankets

Blankets

En diciembre del 2004 pasé dos días sin pegar ojo, metida entre las frazadas, leyendo Blankets.

Ahora he vuelto a ver las viñetas de este cómic maravilloso.

Aquí, una pequeña crítica:

http://www.guiadelcomic.com/comics/blankets.htm

Los indigenismos y el Talión

Evo llama a Toledo "traidor" a sus raíces indígenas.

Una cantidad de preguntas se me van ocurriendo porque este tema es el que estoy analizando ahora para mi tesis.

¿Por qué absurda razón pretende imponer el uno "su" reivindicación de lo que considera positivo para los indígenas de "su" país en el nuestro?, eso para comenzar, pero además ¿qué implica tener raíces indígenas?, ¿quiere decir Evo Morales que los otros presidentes peruanos no tuvieron raíces indígenas? o que las raíces indígenas deben ser favorecidas en prioridad?

La defensa de un solo ingrediente cultural de la sociedad no es una manera de negar la sociedad como un todo? ¿No es precisamente una mirada parcial, incompleta y sesgada de las sociedades lo que más nos ha hecho daño en este último siglo?

La reacción de este neoindigenismo (sobre todo el de Humala) es mecánica, ignorante y simplista. El mismo rechazo, las mismas humillaciones que dicen ha sufrido el indígena (lo cual no es falso) quieren inflingir estos neoindigenistas a los "menos peruanos". ¿Y quiénes son éstos? Y ocupándonos ya del Perú: ¿Cuáles son los requisitos para ostentar la peruanidad? ¿Qué es finalmente la peruanidad?

Frente a la integración y a la razón, hay quienes prefieres aplicar la pura ley del Talión.

Y aspiramos a ser una sociedad moderna...


Comunidad Andina

Esta mañana leo que Venezuela, o mejor dicho Hugo Chávez, ha decidido retirarse de la Comunidad Andina porque el Perú y Colombia han firmado el Tratado de Libre Comercio con EEUU.

Aunque el tratado sea bastante más favorable para los EEUU que para el Perú (no sé si lo es para Colombia), es, frente a otras posibilidades más utópicas e ideologizadas, una manera práctica más de encarar nuestros interminables problemas.

La situación económica peruana es bastante desesperada a pesar de la estabilidad relativa que muestran las cifras.

El gobierno de Hugo Chávez y su perspectiva aislacionista y reivindicativa para la Comunidad Andina no tienen mucho que ver con la realidad, y menos aún su intento de presionar al gobierno peruano. La globalización económica es un hecho, estamos en medio, es absolutamente inevitable. Aunque se desgañite y patalee, ni él ni nadie puede detenerla.

Frente a una situación de desventaja, lo que se necesita es flexibilidad, ingenio, ponerle buena cara y buscar soluciones prácticas que permitan dinamizar la economía.

Es fácil ponerse arrogante cuando se tiene en la mano el mango de alguna sartén. Ceder cuando se está en un momento desfavorable no significa ser débil, es la única actitud inteligente si no se quiere romper la cuerda.

Las grandes palabras no dan de comer y en el Perú estamos famélicos desde hace tiempo.

 

titulares

Algunos de los titulares de hoy provocan ironizar.

Leo en El País que un volcán amenaza a más de 5,000 peruanos. Creo que son dos los que nos amenazan en estos días y ésos traen más lluvia ácida, contaminación y cenizas que el Ubinas.

A los peruanos no nos abandonan las tragedias. Y sin embargo reímos. Y como esta mañana, a veces a carcajadas.

Luego en El Comercio, acusan al casi caníbal de Oklahoma de escribir en un blog. Qué horror! Un blog!

Las leyes conmutativas. El orden de las palabras.

La Nación exhibe un titular francamente falaz acompañado de la frase: "falta vocación para adaptarse al mundo" para un interesante artículo. Depende de la zona del globo terráqueo que uno elige mirar, claro.

El optimismo a veces puede ser también un pecado venial.

 

necrofilia

necrofilia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ayer en Montparnasse

 

 

 

El espejo enterrado

El espejo enterrado

Casi he terminado de leer el libro de Fuentes. Se titula "El espejo enterrado".

Es un lúcido análisis de la historia española y de la latinoamericana. Algunas ideas me parecen más originales que otras. Algunas tienen que ver con el momento actual.

La pregunta que Fuentes quiere intentar responder es ¿por qué somos como somos?

A pesar de la increíble energía narrativa con la que este libro está escrito, hay un constante pesar en el lenguaje. La propia narración de Fuentes corrobora lo que éste afirma sobre el pueblo latinoamericano: que ha heredado la energía hispánica, pero que sufre aún por su desarrollo truncado. Cuando llegaron los conquistadores, este continente era demasiado joven, y conoció una muerte precoz, dice Fuentes. Imposible desligarse de ello. La sociedad latinoamericana y en particular el hombre del Ande guarda esta frustración como parte de su naturaleza. Y en esta lectura las ideas se van reflejando en el estilo, en casi cada palabra, como si Fuentes quisiera en cada frase, decir: qué lástima.

Es curioso.

Sin embargo nada tiene de triste. La entrada de España en América es la historia de hazañas imposibles pero verdaderas, de individuos excepcionales, de un coraje inimaginable; de gente determinada, moldeada a través de los siglos por el individualismo y el estoicismo, el amor por la ley y la irrefrenable curiosidad hacia el otro que, según Fuentes, eran la materia prima del espíritu español.

Y eso también somos los latinoamericanos, pero además somos proclives a reconocer signos y símbolos, estamos necesitados de guías, porque no hubo tiempo de conocer sociedades sin reyes, sin padres.

El gran error, dice Fuentes, está señalado por Sarmiento en su extraordinario Facundo. Sarmiento se preguntaba por qué no habían calado los modelos importados de Europa, tan perfectos, tan dignos de una civilización avanzada. Pues es eso, son modelos importados, no hubo tiempo de mirarnos un poco a nosotros mismos.

Al hablar de Bolívar y San Martín, uno quisiera imaginar qué hubiera sido si éste último no elegía el retiro. ¿Habría cambiado algo?

En fin, todo eso me lleva, claro, a las elecciones peruanas del domingo. Y la tenacidad con la que algunos pueblos trabajamos para hundirnos es sorprendente. Veremos qué pasa. Estas elecciones son cruciales para todos los peruanos. En cualquier caso no hay lugar para la indiferencia.

 

 

--> Esta foto la pongo por pura nostalgia, es el "Viva el Perú", un cerro de Cusco que uno ve cuando baja por la avenida Sol.

viaje

viaje

estaba pensando en el viaje.

estaba también leyendo sobre ese otro viaje, el que Carlos Fuentes cuenta en su Espejo enterrado.

mi hexagrama en el I-ching es "el viajero"

arriba el fuego, abajo la montaña

"el viajero no tiene ciudad fija, la ruta es su hogar"

"las prisiones deben acoger a la gente sólo de paso, como huéspedes. no deben convertirse para los humanos en moradas permanentes"

una vez le pregunté a un antiguo ser amado: ¿cómo te gustaría verte dentro de diez años?

respondió que le gustaría verse yendo.

"Partir" de Tahar Ben Jelloun

"Partir" de Tahar Ben Jelloun

Por fin terminé esta novela que acaba de salir en Francia.

El autor me era desconocido, sin embargo ha ganado el Goncourt el 87 por su novela "La Nuit sacrée".

Apunto algunas observaciones sobre su novela:

- La frustración conduce a la inmigración. La inmigración no aparece como algo natural. En esta novela hay dos tipos de inmigrantes. Los inmigrantes voluntarios son siempre los europeos, llámense españoles o franceses. Cuando estos inmigrantes llegan a Tánger, siempre lo hacen para huir de las normas sociales o del Estado (para fornicar, drogarse, pagar por sexo, hacer contrabando, huir de Franco). 

El otro inmigrante es involuntario y es sistemáticamente africano. No parece existir el libre deseo de conocer al otro. Nunca va a Europa por otra cosa que la economía. El encuentro no se produce entonces a través de la "filia", sino a pesar de una leve "fobia". El inmigrante está en la incapacidad de conseguir la felicidad, pues el principio de actuar contra su agrado es la norma.

- Percepción sesgada de las cosas. Manejo algo maniqueo de las situaciones.

- El inmigrante nunca logra integrarse. Todos los personajes principales son marginales. Quienes toman contacto con ellos lo son también. Azel es amante de un hombre rico. Kenza es bailarina en un resturante (no ejerce como enfermera), Miguel es homosexual y ha sido a su vez amante de un inglés poderoso.

- El inmigrante vive rodeado de sufrimiento: administrativo (sin papeles, o dependiente de la buena voluntad del gobierno), físico (la enfermedad golpea a todos los personajes principales) y moral (permanente para todos).

- La inmigración aparece entonces como algo puramente negativo. El autor no presenta en esta novela un solo caso de inmigración exitosa, y la de Miguel lo es al precio de grandes sufrimientos morales. Un fuerte sentimiento de culpa se deja sentir en cada uno de los personajes, como si éstos debieran ser como el resto pero al no lograr hacerlo incurrieran en falta. Inmigrar aparece aquí como una transgresión a la naturaleza.

- El sufrimiento es una constante. Este mundo es un lugar donde la felicidad no es natural, y sólo se consigue habiendo pagado un precio.

- La sexualidad como vía de liberación y al mismo tiempo de la esclavitud. Azel es así el gigoló, y esclavo sexual de Miguel, y para su hermana Kenza, los únicos momentos felices son los encuentros sexuales con Nazim.

- La gran presión social a la que son sometidos los personajes por su entorno originario, las expectativas familiares, sociales, los compromisos adquiridos, la necesidad de retribuir a los seres queridos hace que el lugar de nacimiento sea una suerte de cárcel. Sin embargo, curiosamente, el exilio no es vivido como libertario, o si lo es, sólo parcialmente (en los personajes femeninos).

- Alejarse es para Ben Jelloun como una enfermedad. Una sola es la vía de salvación: el retorno. Sólo de este modo los personajes podrán recuperase a sí mismos. Pero el retorno, en el último capítulo, es curiosamente también la muerte.

En suma, esta novela me ha gustado sólo parcialmente. El excesivo lirismo del último capítulo le hace perder pie por completo. La resolución de los conflictos es algo forzada, una sola parece realmente interesante, la de Azel. Como había dicho antes, ésta es una novela de denuncia o de llamado a la compasión, motivación legítima pero demasiado evidente en su propósito. 

escribir

escribir

Hoy me he puesto a trabajar en una valoración de lectura que aún no había comenzado.

A veces leo para una escuela de escritura. Luego redacto un informe de al menos diez páginas y me pagan por eso.

Las novelas que uno lee son por lo general bastante imperfectas, pero llenas de valiosa información.

Es común encontrar en ellas una alta dosis de aventura, largos recuentos de lugares y de cosas, mitad catarsis, mitad esfuerzo por desligarse de lo biográfico.

Algunos escriben con las tripas, por lo general son las novelas más desgarradas, incluyen arreglos de cuentas, hay poca destreza en el manejo de las emociones, los personajes son más radicales, poco queda para puntos medios. Estas son las que ganan o pierden por K.O.

Las otras, donde el cerebro ha sido el órgano maestro, suelen ser correctas sin más, y con frecuencia cuentan historias mágicas, donde el destino de la humanidad depende de un objeto precioso. La semana pasada leí una que podía haberse publicado en el acto. Era un perfecto relato de aventuras manejado con soprendente destreza. me preguntaba qué decirle, qué poner en el informe para abultarlo un poco. Me siento algo culpable cuando no llego a los diez folios, después de todo esto es un negocio y la gente paga para leer bastante sobre lo que ha escrito. Qué decir entonces, tu novela está bien, puedes mandarla a una editorial que venda mucho, Planeta por ejemplo? Sí, pero eso en diez páginas, qué aburrido es.

Decidí recordarle entonces algunas de las razones que hacen de una novela, literatura. pero creo que más que recordarle era decírmelo a mí misma, y se trataba además de un punto de vista arbitrario, el mío. Le dije que había que tener huevos (o cojones) y que había que elegir. O escribir como se debe, sujeto, verbo y predicado y sus múltiples variantes, o vaciar completamente la maleta y hacer que las meninges duelan un poco, y tal vez también el corazón.

Bueno, algo de eso le dije, pero con menos palabras brutales, y llenado el mínimo de las líneas que necesito para estar tranquila.

Unos días después, la amiga que me da ese trabajo incluye en un mail una carta del autor, que calculo joven pero no tanto, pidiendo precisiones. Y una frase suya tan linda me hace pensar en lo que puede implicar para cualquier persona que pase una hora de su día sentada frente a una computadora escribiendo sin objetivos precisos, sólo el de crear algo que pueda ser medianamente verosímil. Quitarse la chaqueta y colgarla en el respaldo de la silla, aislarse de la mujer, de los hijos, dejar un rato las noticias, aguantarse el hambre o acercarse un plato al teclado (menos probable) y ponerse a soñar para salir un poco de la calle en fin de invierno, de los proyectos en el trabajo, de la madre enferma, de la hipoteca del piso para escribirse un poco en un lugar distinto que bien puede parecerse al suyo con gente como la que ve todos los días o ser radicalmente distinto.

Me dice: "pero esto te lo comentaré personalmente". El no sabe que estoy en París y que éste es sólo uno de los trabajos que me dan de comer, que nunca vamos a discutir sobre su novela porque a mí me llega sin nombre ni dirección email y que la he borrado de mi laptop porque ya está vieja y va muy lento, y la información que no me es necesaria va directamente al basurero.

Lo que a él le queda, claro, es la sensación de haber abierto su jardín secreto, un poco de su alma a alguien a quien no puede no conocer en persona, porque eso no tendría ninguna lógica, porque sería demasiado triste solamente recibir una valoración de lo que le ha tomado meses o años de trabajo, sin argumentar, sin justificar, sin reírse un poco de lo que ha sido capaz de crear, sin poder preguntar a alguien de carne y hueso, te ha gustado?